miércoles, 4 de noviembre de 2015

 
Nº 93

Dos libros posibles entre las manos y me he decidido por hablar -brevemente- del que de verdad merece la pena, claro. Y eso que colocando la otra noche la mesa de novedades tuve que fijarme en uno que firma un tipo que se llama como yo: Javier Pérez. Es tan normal llamarse Javier Pérez que veo mi nombre en la portada de un libro y ni me inmuto. 


El caso es que el trabajo de este ilustrador ecuatoriano, que lleva por nombre artístico Cintascoch, me ha parecido de lo más original en su mezcla de dibujo y objetos cotidianos, y hubiera recomendado el libro sin dudarlo de no ser por los textos que lo acompañan. Los textos primero me hicieron dudar y luego concluir que el libro no merecía la pena. Mientras escribo esto he decidido buscar por la red al autor de dichos textos, palabras que estropean un libro interesante y que podría haber sido bueno, pero no he encontrado a ningún escritor con el nombre de Albert Martínez López-Amor. Se veía venir.

El libro del que ahora prefiero hablar se llama PASÉ LA MAÑANA ESCRIBIENDO. De encuadernación en cartoné pasable y calidad del papel muy baja -salvo por un cuadernillo central con fotografías de cuadernos, manuscritos, dibujos, recortes...- tiene, sin embargo, un contenido de lo más apetitoso: una suerte de compendio estructurado en forma de diccionario, y con estudio previo, de las Poéticas del diarismo español. Así lo llama su autora, Anna Caballé, profesora de la Universidad de Barcelona.  Para mejor idea transcribo el índice y una pequeña razón de la Caballé en forma de diario, como juego. Ahí va:


Anna Caballé, 2015
Fundación José Manuel Lara, 2015.

314 páginas.

19.90 €


ÍNDICE

ESTUDIO
Filosofía, intimidad y diario: lo que quedó atrás.
El diario en España.
¿Diarios íntimos?
Día, mes año.
El diccionario.

DICCIONARIO (AUTORES Y CONCEPTOS)
Adolescencia
Agirre Lekube, José Antonio
Alarcón, Pedro Antonio de
Alfonso XII
Alfonso XIII
Almendros, Herminio
Alonso Brufau, Syra
Amat i de Cortada, Rafael d´, barón de Maldá
Areilza, Cristina de
Aub, Max
Azaña, Manuel
Barandiaran, Joxemiel
Barral, Carlos
Bernier, Juan
Blog
Calvet, Agustí (Gaziel)
Camprubí, Zenobia
Candel, Francisco
Carnero, Antonio
Cataño, José Carlos
Censura
Colón, Cristóbal
Cuaderno
Chacel, Rosa
Dalí, Salvador
Delibes, Miguel
Destrucción
Diario
Diarista
Diego, Gerardo
Educación
Embarazo
Enfermedad
Espiritual (Diario)
Estelrich, Joan
Fernández-Arroyo, José
Foxá, Agustín de
Freixas, Laura
Fuster, Joan
Gabriel y Galán, José Antonio
García Martín, José Luis
Gaya, Ramón
Gil de Biedma, Jaime
Gimferrer, Pere
Gómez de Liaño, Ignacio
González-Ruano, César
Guerra
Hábito
Identidad
Jabonero, Casimiro
Jiménez Lozano, José
Jovellanos, Gaspar Melchor de
Leveroni, Rosa
Libros de cuentas
Loyola, Ignacio de
Llop, José Carlos
Manent, Marià
Martín Gaite, Carmen
Moratín, Leandro Fernández de
Morla Lynch, Carlos
Musso Valiente, José
Noel, Eugenio
Ory, Carlos Edmundo de
Paisaje
Pániker, Salvador
Pardo Bazán, Emilia
Pla, Josep
Portela Valladares, Manuel
Prados, Emilio
Puig, Valentí
Ras Fernández, Matilde
Reloj
Ridruejo, Dionisio
Sánchez-Ostiz, Miguel
Secreto
Serrahima, Maurici
Simón, César
Sinceridad
Soldevila, Ferran
Tejero, Delhy
Terapia
Teresa de Jesús
Torrente Ballester, Gonzalo
Trapiello, Andrés
Umbral, Francisco
Unamuno, Miguel de
Verdaguer, Jacint
Viaje
Villalonga, Llorenç
Vivanco, Luis Felipe

Bibliografía
Créditos de las imágenes.



7 de enero de 2015. La lectura de un diario es como ver al trasluz la consistencia de una vida humana. Aparece ante nosotros descompuesta en partículas, grandes y pequeñas, apagadas y danzarinas, que reconocemos, sorprendidos, como propias. Y nos preguntamos por qué es así, por qué ha sido así, y no de otro modo.
Empecé a pensar en este libro en 2005 y lo propuse a un grupo de profesores vinculado a la Unidad de Estudios Biográficos, pero el proyecto, a pesar de la buena voluntad de todos, no cuajó. Mi idea era sintetizar múltiples razonamientos y preguntas en torno al diario y a su desarrollo en España. Años leyéndolos, tomando notas, pensando dónde está la magia de leer "martes, 30 de marzo de 1954". Porque el primer gesto de todo diarista es anotar la fecha de lo que va a escribir. Lo que sigue a continuación siempre será un intento de construir o ejercer la memoria de lo inmediato, eligiendo aquello que por alguna razón se desea rescatar del implacable desagüe del olvido. El cuaderno o la pantalla son amigos leales, y teniéndolos por confidentes el diarista puede desembarazarse de sus emociones sin molestar a nadie, discretamente. Decepciones, melancolías, dudas, y la punta de la felicidad que siempre brilla en la mayor de las oscuridades. Se tiene un diario porque se ama la escritura, porque se aspira a alguna forma de plenitud, porque se necesita un refugio. Años después el diarista tiene la vida en sus manos.
Una mala experiencia interrumpió nuevamente el proyecto, después ya personal, como si una caída de voluntad impidiera acabarlo. Tiene su sentido, todo diario está también expuesto a un final lánguido e inmerecido. Parece que ahora el barco quiere ver el mar. Tercer intento...

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